Cuando le decimos a nuestros hijos: ¿porque no dejas un poco la computadora y vas afuera, que hace un dia hermoso?, estos suelen respondernos con una mirada torcida, como si en vez de hablarle en castellano estuvieramos usando una lengua tan antigua como el mandarin.
Solo les falta girar la cabeza y decirnos, como el clasico personaje de televisión, "¿de que estas hablando, Willy?". Lamentablemente uno no puede razonar demasiado con sus niños porque estos estan en otra frecuencia de onda, porque ellos son ciudadanos de una aldea global en la cual nosotros no nos criamos.
Es decir, cuando nosotros eramos pequeños aqui, en Mallorca, la vida se vivia de otra manera, uno no se pasaba todo el dia (¡todo el santo dia!) sentado frente a un monitor de computadora, encerrado en su cuarto, uno iba afuera, a disfrutar la buena vida junto a sus amigos, a disfrutar las tardes con sus vecinos, con sus compañeros de escuela, con sus parientes.
En esas hermosas tardes nos divertiamos a mas no poder, tardes interminables donde corriamos, nos reiamos, nos perseguiamos y sentiamos que la vida, la verdadera vida, fluia a traves de nuesras venas. El broche de esas tardes epicas era siempre el mismo: disfrutar una naranjas valenciana, rica, redonda, bella, jugosa, una naranja que nunca parecia acabarse. Una naranja que nos devolvia el placer de sentirnos vivos y la energia gastada tras tantas horas de juego.
Lamentablemente los niños de hoy no conocen esa epoca, donde uno se divertia sin una computadora, y tampoco saben lo que es terminar un dia lleno de diversiones sintiendo en la boca el sabor de una verdadera naranja porque no las han probado. Por supuesto, existen mercados, mercados que tienen naranjas, naranjas que parecen brillantes y ricas pero, al probarlas, lo que descubre el consumidor es que saben... a nada.
Por esa razon, los jovenes agricultores de naranjas de Valencia decidieron permitirle a la gente comprar sus naranjas valencianas, tan grandes y dulces que son el sueño prohibido de todo niño; naranjas de Valencia similares a las narradas por Bradbury solo que aquellas existian en el papel y estas en la realidad, disfrutable y mordible realidad.
Si usted vive en Mallorca y quiere comprar naranjas valencianas verdaderas, grandes y jugosas solo ingrese al sitio web de estos jovenes agricultores. Podemos asegurarle que no se arrepentira al hacerlo: http://www.naranjasdelmijares.com
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