El trabajo del traductor, ademas de dificil, suele ser muy mal pagado, razon por la cual pocos escritores famosos se dedican actualmente a esta tarea; en el pasado, sin embargo, cuando importaba mas el amor por lo que se hacia que el dinero, grandes nombres de la literatura mundial vivieron de sus traducciones.
Julio Cortazar, el gran autor argentino autor de Rayuela (que revoluciono la literatura hispanoamericana en el momento de su aparicion) y cuentos fundamentales como Quietud de los parques y El Perseguidor (dedicado a Charlie Parker, el saxofonista negro), vivio durante todo un año de traducir para una universidad las obras completas de Edgard Allan Poe (recientemente reeditadas con las notas correspondientes).
Pero, si hablamos de perfeccion y amor inevitablemente debemos referirnos al gran Borges que desde que hizo su primera traduccion, a los trece años, nunca dejo este trabajo, ni siquiera cuando ya era un autor famoso y lo suficientemente rico para no necesitar el trabajo.
¿Porque un escritor como Borges, podemos preguntarnos, hace algo asi? ¿Porque pone su talento al servicio de los demas, perdiendo el tiempo que podria estar escribiendo su propia obra en traducir a Arthur Machen, o G. K. Chesterton, o William Faulkner?
Porque Borges amaba su tarea de traductor y no lo veia como una carga sino como un servicio a la comunidad, porque, ademas, Borges necesitaba que los autores que él amaba fueran leidos por la mayor cantidad de personas posibles y para que esto fuera posible las traducciones debian evitar ripios y torpezas y ser impecables.
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